Inicio De Año

Inicio de año en el cine porno…
Sucedió un día primero de enero, mientras todo mundo se reponía de la velada de año nuevo. Yo me encontraba aburrido en mi casa así que pasadas las horas decidí salir a pasear, hasta que me llegó la tarde caminado por las calles casi vacías. Por el camino me encontré un cine donde exhibían películas pornográficas, por lo que sin pensar mucho me metí.

Ante la oscuridad a tientas llegue hasta las butacas para sentarme, en cuanto se me paso lo encandilado me percate de que la sala estaba prácticamente vacía y me había sentado delante de una pareja que estaba siendo vigilada por varios mirones. Al principio no le di importancia, pero veía que un tipo de aspecto joven sentado junto de mi volteaba continuamente hacía la pareja y se quedaba observándolos detenidamente sin respirar, por lo que llamó mi atención y voltee a verlos. Cuál fue mi sorpresa al ver que él le tenía levantada la blusa a ella por encima de sus senos los cuales estaban fuera de su brasier, por cierto muy hermosos grandes y redondos con unas areolas bastante grandes y unos pezones bien erectos.

Ella miraba a todos los ahí presentes viendo sus reacciones, mientras su pareja jugaba con sus toronjas, alguno quiso tocarle las piernas a ella pero él se lo impidió alejándole la mano. Así permanecieron durante varios minutos hasta que él le levanto la falda y le comenzó a acariciar su panochita por encima de su tanga, por lo que la mujer se dejo resbalar un poco y abrió sus piernas de par en par para que nadie se quedara sin ver el espectáculo que estaban brindando. La calentura se apodero de ellos al ver que varios de los mirones se sacaron sus pijas y se comenzaron a masturbar, mientras ella recibía tan delicioso masaje en su pucha, se pellizcaba y jalaba sus pezones sin perder detalle de todos y cada uno de las pijas que ahí se estaban dando vuelo para ella.

Un señor maduro que se encontraba junto a su marido se acerco al oído de él y algo le susurró y a su vez se lo transmitió a ella, por lo que echó un vistazo a través de su compañero para mirarle la pija bien parada y grande que tenía el tipo, ella estiró su brazo por encima de su pareja para alcanzársela y empuñar el arma para después recostarse un poco sobre su costado para tener un mejor apoyo y hacer un buen trabajo manual. Al hacerlo estiró sus piernas hacía donde estaba yo, por lo que al principio con cierta desconfianza pase mi brazo hacia atrás para acariciar sus piernas, pero como vi que su esposo ya no decía nada porque la tocara tomé confianza y subí mis caricias hasta su panocha de la cual ya emanaba un calorcito y estaba bien húmeda. Ella se dejo hacer lo que yo quisiera con su panochita, le hice de lado su tanguita y le introduje un dedo para masajearle toda su cavidad de la vulva hasta que ya estaba como caldero hirviendo.

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Para ese momento ella se recompuso un poco y se me acercó diciendo, “ ¿ me la quieres meter?” Su voz melosa y cachonda no me hizo dudar ni un segundo.

Le dije que sí, pero su marido terció y le dijo a ella que nos hiciéramos a la orilla de la fila para que mientras le mamaba el garrote al señor que estaba masturbando yo me la cogiera de "perrito" y así lo hicimos, aunque hubo un poco de movimiento entre los asistentes al espectáculo todos se comportaron dándonos cancha libre. El tipo se sentó en la segunda butaca de la fila dándole su tolete y ella se acomodó de rodillas entre las filas con sus nalgas hacía afuera para que yo desde el pasillo también de rodillas la embistiera, su marido había tomado posición en la fila de abajo para contemplarnos a los tres de frente.

Ya en posición hice a un lado su hilo dental y le acomodé mi fierro en su entrada que sin problema alguno dejó pasar por lo resbaloso, cuando toque fondo ella nada mas gimió y empezó a mover sus caderas hacia el frente y hacia atrás, al tiempo que yo estiraba mis brazos por debajo de su dorso para alcanzar sus tetas que también pedían ser incluidas en el juego. El señor al que le estaba haciendo sexo oral pronto se corrió y yo teniéndola en esa posición otro muchacho le pidió cambiar de lugar para que también a él le diera una buena mamada.

Durante el cambio el marido me dijo, “métesela por el chiquito a ella le encanta por ahí, no te vas a arrepentir.”

Aunque no lo había pensado tampoco lo pensé para hacerlo, así que se lo saque de su bizcochito y lo intenté meter en su ano, al principio me costó trabajo pero en cuanto se empezó a abrir paso y se fue para dentro, ella exhaló un grito no de dolor si no de placer y ni tiempo me dio de iniciar las embestidas porque sus caderas tomaron un ritmo de rumbera. Yo nada más me sujeté a su cintura y ella hizo todo, en breves minutos me exprimió todos mis mecos hasta la última gota, sus gemidos eran tan fuertes que todo mundo volteaba a ver que había pasado, hasta que terminó conmigo se volvió a la tarea con el muchacho.

En cuanto me salí de su trasero otro quiso ocupar el lugar pero el marido ya no se los permitió, en cuanto vació al chamaco se levantaron acomodaron sus ropas y salieron del cine. ¡Qué inicio de año!

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