Solo Sé Que Tenía 40

Hola amigos de Historias Lush… como muchas personas ya saben me llamo Miguel, tengo 27 años, y vivo en Colombia. Hoy quiero narrarles una gran aventura que tuve con una mujer de 40 años, muy hermosa que marco mi vida.

Bueno todo comienza un día normal de entrenamiento en mi gimnasio de siempre, con mis amigos de ejercicio antes de comenzar la rutina. Siempre hay que mirar las niñas lindas y buenas que hay en el gym, o las que están llegando nuevas por primera vez. Entre ellas entro ella y su sobrina. Ella se llama Derly y su sobrina Carol. Pero como todo se imaginan la sobrina no era la linda, era Derly, la tía. Lo único que pude ver su esbelto cuerpo con esa ropa de hacer ejercicio que no dejaba nada a la imaginación.

Bueno seguimos con la mi experiencia. No le preste atención por que pensé que era como la mayoría que solo van dos o tres días y dejan todo porque el dolor de los músculos es horrible. Si, bueno ella llego paso por el frente de nosotros y yo la mire de arriba abajo, era linda, un gran cuerpo como me gustan las mujeres, muy voluptuosamente rica para mí. Concepto se terminó la recreación y seguí con mi rutina como siempre, no pasó nada ni si quiera una mirada.

Al día siguiente llego otra vez y yo ya estaba en las maquinas haciendo mis ejercicios diarios, ella llego y me pregunto que si podíamos trabajar en la misma máquina. Yo le conteste que sería un gusto, y que también podía ayudarle con su rutina. Así comenzamos a hablar de todo un poco. Me conto que era viuda, que su esposo había muerto hace cuatro años y que estaba sola desde entonces. En eso se fue la tarde y mi rutina. Llego la noche, tome una ducha y me dispuse a salir de gym solo… pero ella estaba en la salida esperándome para darme las gracias por haberla ayudado con su rutina, y me invito a tomar un café.

Con gusto acepte, llegamos a una cafetería y tomamos un café, seguimos hablando y ella comenzó a decirme de su soledad. Se sentía muy sola, y yo le trataba de dar ánimo. Terminamos y yo tuve que irme. En la despedida yo le pedí su número de celular, ella se rio y me dijo: “Claro, ¿cómo crees que no te lo voy a dar?” Al otro día en la mañana la llame porque toda la noche pensé en ella y su espectacular cuerpo.

“Hola, ¿cómo estás?” Le pregunte cuando contesto el teléfono.

“Bien, gracias. ¿Con quién hablo?” Contesto.

“Soy Miguel, el del gimnasio.”

“Hola Miguel, nunca pensé que me fueras a llamar.”

“¿Porque?”

“Pues porque estoy muy vieja para ti… puedo ser tu madre.”

Le pregunte que iba a hacer ese día y me dijo que tenía que trabajar. Le dije a que las tima por que yo no estoy haciendo nada, ella me pregunto que si quería acompañarla al trabajo.

“Ven,” me dijo. “Pero vente con la ropa del gym por que salimos de una para haya.”

Le di mi dirección y en una hora estaba en mi casa pitando en su carro gris. Yo la mire por la venta y la salude, abrí la puerta de mi casa y salí. Entre al carro la salude con un beso en la mejilla que fue más en la boca que en la mejilla. Platicamos de todo un poco rumbo al banco, ella tenía que hacer unos mandados. Yo solo podía pensar en su cuerpo que está bien hecho para esa mujer. Llegamos al banco y estando en la fila, de pronto sin pensar la bese.

Ella se retiró y me dijo: “No… no me beses porque no sé qué pueda pasar. Yo soy mucho mayor que tú y tu puedes jugar conmigo.”

La deje en paz, salimos del banco a una cafetería y ella me repitió que tenía miedo que yo le hiciera daño. No le dije nada pero con el gesto le comunique que no sería ese el caso. En ese mismo momento nos dimos otro beso, solo que ahora más largo y sin pausa. Sentí que ella estaba muy agitaba y mi pene ya estaba erecto, pero lo malo es que estábamos en una cafetería y con ropa ceñida al cuerpo, con la cual se nota todo y para colmo estaba lloviendo en la ciudad ese día.

Salimos corriendo de la cafetería por que el carro estaba lejos y nos empapamos todos en el camino. Llegamos al carro y la bese. Comencé a acariciar todo su cuerpo por primera vez. Tocaba su gran busto y sus piernas. Mi pene estaba muy erecto ya, y yo sentía que ella ya estaba muy excitada. Comencé a tocar entre sus piernas y ella se retorcía.

Read this hot story:
The Perfect Night (Spanking) Audio Erotica by Salty Vixen

“Que pena contigo,” me dijo. “pero tengo ganas de hacer el amor.”

“Que no te de pena… ¿cómo crees que estoy yo?”

En ese momento ella rápido prendió el carro y nos dirigimos a un motel cercano. En el camino yo solo savia tocarla y acariciar su vagina que estaba muy húmeda. Llegamos al motel, se llamaba “La Primavera.” No es el mejor de la ciudad pero era el más cercano. Pedimos una habitación y entramos al estacionamiento que tiene las habitaciones. Ya dentro del cuarto mis pantalones quedaron en el centro de la habitación.

Le quite su brasier y comencé a besar y saborear su busto que me fascinaba, era muy grande y bello mis labios no alcanzaban para metérmelos todos a la boca. Mientras yo disfrutaba de sus pezones grandes y con un grato sabor, ella me besaba el cuello y mi espalda. Deslice mis manos hasta su pequeña cintura y comencé a bajar su licra. Encontré un panti de color blanco el cual no dude en quitarlo de una, y ahí fue donde me encontré con lo más lindo que tiene una mujer a esa edad… una cicatriz hermosa que es el inicio de todo. La bese.

“Es la cicatriz de mis hijos,” me dijo en voz baja.

“Y me encanta,” le respondí. “Es lo más bello,” seguí besándola.

Después llegue a su vagina y comencé a lamerla con mucho cuidado mientras salía un cálido liquido con sabor salado pero que es rico, y un olor que maravilloso. Lamí y lamí hasta cuando sus manos estaban que rompían las sabanas de a aquel motel. Estaba muy excitada. Me confeso que tenía mucho tiempo sin hacer el amor y que creía que se le había olvidado como hacerlo, pero me rogo que no parara que sentía maravilloso. Su cuerpo se retorcía. Le seguí haciendo y entre más mas rápido y más duro ponía mi lengua sobre su clítoris y labios vaginales con mi lengua lo hacía de arriba hacia abajo y en forma de círculos ella solo se estremecía y no decía nada.

En un momento su cuerpo se comenzó a mover y su clítoris también solo tuve que tener la lengua quieta y en un segundo sus piernas se cerraron y quedo mi cabeza en medio de ellas. Me estaba apretando con fuerza y gritaba. Era su orgasmo un orgasmo limpio sin ninguna penetración. Ella se cansó y no quería decir ni media palabra. Solo sentía su respiración que estaba al bordo de un colapsó. Paso un minuto, o cinco no se y ella comenzó a besarme. Mi pene estaba muy erecto.

Ella abrió sus piernas y me dijo: “¡métemelo por favor!”

Me levante y me acerque a ella. Mientras me acercaba sus piernas se abrían haciendo como una invitación. Estuve sobre ella y la penetre, su cara cambió de repente y suspiro. No dijo nada, mi cintura comenzó a moverse de adentro hacía fuera y sin parar lo hacía de una forma rápida y después lento y eso le gustó mucho. Duramos así un rato cuando estaba penetrándola y sentí un calor más intenso en su vagina y ella comenzó a moverse mar rápido. Me imploro que no parara, la comencé a penetrar con más fuerza y más rápido.

De pronto un grito irrumpió toda la habitación. Era otro orgasmo. Mire su cara y estaba con una gran sonrisa, estaba satisfecha pero aun quería mas. Me dijo que quería montarme, en un segundo estaba arriba de mí. Comenzó a moverse de una manera espectacular, muy rico. Sin palabras para describir eso. Después se recostó sobre mí y comenzó a mover sus caderas con mi pene dentro de ella mientras besaba mi cuello. Fue muy rico sentir que mi pene estaba todo dentro de ella y ella así me lo hacia saber con su respiración y su cara de gozo y cansancio.

Comenzó hacer más y más rápido y en un momento trato de parar y le dije: “No vayas a para ni por el putas.”


Se sonrió y siguió. En un momento mi pene se erecto más y más, y sin pensarlo llegó mi orgasmo. Se lo hice saber y ella también tubo el suyo. Es algo muy delicioso llegar con alguien al mismo tiempo. Descansamos un rato y después ella miro mi pene y con su boca comenzó acariciarlo. Él se paró otra vez y ella se subió de nuevo. Ella tuvo dos orgasmos más y yo uno.

Cuando decidimos terminar era tarde, y con una sonrisa en la boca me dijo: “Perdiste la rutina de ejercicio.”

Sonreí y le conteste, “¿te parece poco lo que hicimos toda la tarde? ¿Acaso no es ejercicio?”

Se rio. Salimos y se despidió. Tuvimos una relación de 6 meses y ahora se terminó por eso quiero contarles esto esperen otras partes de esta historia hay mucho que contar.

Leave a Reply