La Encargada De Un Bar

Por mi trabajo, conozco a mucha gente ya que todo el mundo está interesado en cambiar de móvil, tarifas y demás… ¿y a quién llaman? Al chico de la enorme sonrisa que le soluciona sus caprichos.

Pues hace aproximadamente unos 6 meses, la encargada de un bar de copas bastante conocido en la ciudad, se enteró que yo llevaba el tema de los móviles y ella tenía problemas con su anterior operador, por lo que me comentó detrás de la barra que le explicara un par de tarifas que le pudieran interesar y el móvil que podía agenciarle...Dicho y hecho, le expliqué el tema y le propuse un buen terminal que le encantó.

Esta chica trabaja de encargada de bar por las tardes, ya que por las noches esta con su hijo. Tiene 38 años y es muy agradable. Alta (unos 1,75cm) peso normal pero unas bonitas curvas. De pecho la veía escasita, pero bien puesto y lo que realmente me llamo la atención, fue lo bien que le quedaban los vaqueros, con lo que no podía dejar de imaginarme lo que había dentro...

Total, que me dejó la documentación necesaria, le hice la portabilidad y empezó a trabajar con mi operador. Como el bar, esta justamente bajo mi oficina, pues nos cruzábamos muchas veces y siempre charlábamos de cómo iba todo... estaba realmente contenta porque había bajado su factura e incluso me empezó a referenciar clientes. Todo bien, hasta que hace apenas unas semanas, me comenta que necesitaba una conexión inalámbrica de Internet y quería saber si en su casa había cobertura buena para contratarlo.

La única manera era que yo me acercara a su casa y lo comprobara yo mismo...y así quedamos. He de decir, que desde el primer momento, ella me pareció una chica muy agradable, pero hay un sexto sentido (que no siempre es definitivo,) que te dice que hay alguna mirada de más que puede significar algo... pero no le di demasiada importancia. Parto de la base de que yo tengo pareja y ella estaba separada, pero con una relación aparte.

Pues quedamos una mañana y Sandra, que así se llama, me abrió la puerta de su casa. Yo no iba predispuesto a nada, porque en horas de trabajo, lo único que pienso es en vender, pero tenía un leve cosquilleo en el estómago que me hizo estar nervioso... Abrió y allí estaba con su sonrisa, tenía el pelo suelto con sus mechitas rubias, una camiseta larga que le tapaba justamente el culo y unos leggins pegados negros. Estaba realmente atractiva. Nos sentamos en el salón y saque mi portátil con la conexión para probar como iba el tema.

Lo probamos e iba de lujo, así que formalizamos el contrato rápido y empezamos a charlar de nuestras cosas... Me habló de su situación personal, de que estaba con un chico muy guapo pero que pasaba un poco de ella por el tema de su hijo, yo le conté la mía y nos abrimos una cerveza para que no se nos quedara la garganta seca. La conversación era muy buena, y me empecé a fijar en sus pechos. Son pequeños, pero bien formados y llevaba un sujetador debajo que dejaba entrever la forma de sus pezones.

Yo iba con camisa, americana y vaqueros, y me puse girado hacia ella en el sillón para prestarle más atención, estábamos los dos frente a frente. En un escorzo que tuve que hacer para dejar el bolígrafo en su mesa, pude observar como ella miro hacia el bulto de mi paquete y rápido miro de nuevo a mis ojos. Eso me encendió de tal manera que nos quedamos los dos callados... la situación me resulto un poco incomoda porque yo tengo pareja y estoy bien, pero no creía que hacia bien porque me calenté en exceso.

Read this hot story:
Kiss me- Do as I say: A Short Femdom Story

Todo se aceleró cuando se levantó a coger un cenicero y le pude ver cómo le quedaba el pantalón finito que llevaba y la marca de su tanga por detrás. Era un culo impresionante, tamaño justo, con carnecita pero no gordo para agarrar... y se dio cuenta, lo que hizo que se sentara aún más cerca de mí. Entonces me sinceré y le dije que debía irme, que estaba demasiado a gusto y que no quería que se pensara nada malo. A ella le sorprendió y me comentó que ella también estaba bien y que no me fuera, pero al levantarme me agarró de la rodilla para que no lo hiciera y nos besamos.

Ese beso nos hizo ruborizar, pero nos gustó a los dos y volvimos a besarnos... ella me agarro la nuca con las dos manos y yo a ella la cintura, y empezamos a darnos muerdos lentos con mucha saliva y muy morbosos que me provocaron una erección inmediata. No podíamos parar de besarnos lentamente, era muy placentero porque besaba como un ángel. Su lengua era suave y su saliva deliciosa. Mis manos empezaron a recorrer su espalda y apretándola hacia mí, hasta que estábamos tan cerca que se sentó a horcajadas sobre mi cuerpo.

La imagen era, yo apoyando la espalda en el sillón y ella abierta de piernas subida en mí, rozando su sexo con mi erección... al darse cuenta ella, empezó a moverse rítmicamente apretando su sexo contra el mío, lo que hizo que mis manos agarraran fuerte su culo contra mí. Ya no podíamos parar.

No sé cuánto tiempo pasó, pero en una pausa me dijo que notaba mi excitación y que eso le encantaba, le dije que no podía ponerle remedio a ello y que como hombre, era algo que tenía que ocurrir... Se apartó de encima de mí y acaricio mi pene sobre el pantalón y me desabroché el cinturón y ella hizo lo mismo con los botones hasta que la sacó.

Me la agarraba con las manos mientras me miraba por unos segundos, y a renglón seguido bajó la cabeza y empezó a lamérmela con un arte, que debería de exponerla en un museo. La agarró fuerte por la base, mientras su cabeza bajaba y subía lenta, lamiéndome y sin dejar centímetro suelto... notaba como mi pene iba a estallar, porque sorbía mi capullo y después lo llenaba de saliva con movimientos más rítmicos, para volver a parar, y lamerlo con delicadeza y atraerlo hacia sí misma para sacar el máximo jugo de la saliva derramada.

La aparté y le bajé el pantaloncillo pegado y allí apareció una preciosa tanga negra de encaje, en el que se adivinaba un sexo con vello recortado y una humedad bastante visible.

Fui a lamerlo, pero me cortó, ella quería que se la metiera, y se sentó encima de mi pene lentamente hasta que lo tuvo metido hasta el fondo. Mi pene mide 19cm y es ancho, por lo que apretó bastante porque quería sentirlo bien... y empezó a moverse lento hasta que se desbocó como una loca. Gemía muy fuerte, bastante fuerte, y yo no podía creer lo que me estaba pasando. Probamos algunas posturas (ella dándome la espalda, yo encima de ella...) pero cuando se puso a 4 patas y pude observar, ese culo abierto, con ese sexo esperándome y húmedo del todo.

Fui a meterla, y en dos achuchones, me corrí en sus cachetes. Fue un polvo maravilloso, nos limpiamos y nos fumamos un cigarro. Prometimos no decírselo a nadie ya que podía provocar muchos problemas y quedamos en que ocurrió como algo natural que no pudimos evitar. Ahora la veo a diario, y nos sonreímos y hablamos con naturalidad, pero cuando se da la vuelta a coger algo de detrás de la barra, no puedo evitar mirar ese culo, que hace días, recibió la corrida de un polvo de ensueño.

Leave a Reply