Si has estado soltera en algún momento, este post seguro que te trae recuerdos.
Yo he pasado la mayor parte de mi vida soltera, que no sola, y he tenido muchos momentos de esos en los que la influencia del sol y la luna no les da la gana que pilles ni un triste resfriado, son esos momentos en los que debes empezar a preocuparte. Los chicos que denominarías anteriormente "normalitos" pasan a ser "monos", todos, sí, todos van ascendiendo una categoría, lo malo es que los "poco normalitos" también asciende, si.... estas son las épocas que eternamente saldrán en todas las conversaciones con tus amigas:
Superfriend: “¿anda te acuerdas de normalito?”
Yo: (haciéndome la tonta) “¿Quién dices?”
Superfriend: “si chica, el niño este, ese que hacía no sé qué rareza...” (Porque además tienen rarezas.)
Yo: “Ah... Por cierto, ¿qué tal con tú novio? ¿Sigues pensando que te la está pegando?”
Así que cuando tuve una de esas temporadas por la que pasamos todos los solteros, que parece que ya les tienes a todos muy vistos y necesitas caras nuevas, por no volver a cometer ninguna equivocación con alguno que encima sea conocido, empiezas a tirar de las redes sociales. Badoo, muy de moda sobre todo si buscas algo rápido, que no te tengas que esforzar mucho y que sepas lo que te vas a encontrar, (vamos que no sea un huevo kinder y en vez de una fusta te toque una imitación a cupido) ¡es el sitio!
Me he encontrado demasiados escépticos al tema de las relaciones vía @ pero todos terminamos probando y termina gustando. Conozco muchas relaciones que han surgido de dos ordenadores y yo os voy a contar la mía.
Le conocí un fin de semana de estos que no quieres salir, los planes que había no me llaman nada la atención y era una noche lluviosa, entrando en el mes de noviembre. Yo ya estaba registrada en esta red de la que os hablo y llevaba semanas hablando con unos y otros, pero sin encontrar a nadie que me llamase la atención lo suficiente. De repente le vi, un canario muy mono y empezamos a chatear, saltaban chispas entre nosotros, nos pasamos toda la noche hablando, muchas risas y coqueteo. Seguimos charloteando los siguientes días y me propuso quedar, esta era la primera vez para mí (¿os preguntaréis así fue tú primera vez? ¡No! La mía fue peor…. si fue la primera que me encontraba con alguien de una red sin conocerlo.)
Llegó el día y quedamos en un centro comercial entre su casa y la mía, para no dar privilegios a ninguno de los dos, yo llegué la primera y tengo que reconocer que pasé unos nervios horrorosos, se me pasó de todo por la cabeza "¿y si no le gusto? ¿y si no me gusta? ¿y si me deja plantada? ¿y si me voy?" todas estas ideas iban a mil por hora en mi mente. Pero giré la cabeza y le vi, él me miró y el chico resultaba "mono" no podríamos tirar cohetes pero para el fin que tenía, cumplía su objetivo, así que nos dimos dos besos y tomamos rumbo a por una cervecita bien fría. Ese día no pasó nada, estuvimos hablando de nosotros y se nos pasaron las horas, la verdad que era mejor de lo que esperaba y para finalizar la noche se despidió con un "mega besó" a modo película de Hollywood.
Todo parecía muy bonito... seguimos hablando y quedamos para volver a vernos y todo esto sin saber que sería la última, quedamos en el mismo sitio que la vez anterior, en una pequeña cervecería con aire antiguo. Todo fue como al inicio, pero multiplicando por cien la característica empalagoso; cada vez que iba a hablar tenía su lengua en mi boca. Me daban ganas de gritarle. Un momento, "una cosa es que sepamos a lo que vamos y otra es que nos detengan por escándalo público, en un bar, donde hay niños menores" pensé un poco enfadada. En ese momento perdió la mitad de puntos, pero terminamos de tomarnos la cerveza y salimos al parking, ya que me estaba desgastando la paciencia y el culo de tanto tener sus patas de pulpo pegados a este, él no conoce "gota a gota el mar se agota."
Según salimos tengo que decir que o A) no llevaba el término delicadeza incorporado o B) nació sin ello porque se abalanzó sobre mí y fue al ataque, a mí se me bajó todo el lívido, porque ya no era lo que yo pensaba, pero bueno mi mente fría me dijo: "querida llevas tiempo sin sexo, tenemos que darle marcha al cuerpo o te vas a apolillar" en definitiva esperaba que para lo que le había elegido funcionase, así que nos metimos en el coche y "pim, pam, pum" y si, no más, porque no duró más de diez minutos. Me quedé anonadada, tanta prisa para tan poca chicha... vale que en un coche uno no se explaya como debería pero que decepción, la verdad que él fue a lo suyo y yo a lo mío, un horror.
Que mezcla de sentimientos entre mosqueo y decepción, no sabría muy bien cómo describir ese momento... pero esto tiene una moraleja y es que lo bueno se hace esperar y si él nació sin delicadeza, yo nací sin paciencia, elegí mal mi huevo kinder. No entendemos que a veces lo bueno se hace esperar e intentamos provocar situaciones que requieren su tiempo.
